domingo, 13 de octubre de 2013

La Batalla de las Naves

Siguiendo con las recreaciones clásicas en la arena, se disputó en verano una escaramuza entre dos ejércitos. Las tropas de teucros atacan el campamento de los aqueos, con la intención de prender fuego a sus naves, en nuestro loft con vistas de Madrid (justo el día antes de pintarlo color arena).
Defendiendo las naves junto a la costa, despliegan dos ejércitos de Héroes Griegos, con Diomedes y Aquiles como navarcas: Luis y yo, jugando como aliados para variar, defenderemos la línea. Al otro lado de la arena, Juan Carlos coloca un tercer ejército de Héroes Griegos, con Heracles (pequeña licencia homérica), y Guillermo uno de Cartagineses, con Aníbal (GRAN licencia histórica).
El objetivo del ejército atacante es llevar al Bárbaro con Antorcha con vida hasta la costa (se considera "Pantano"), y empezar allí su turno en pie, con lo que se reparten el primer y segundo premio. Los defensores deben abatir al Bárbaro con Antorcha (segundo premio), para que gane el primer premio el bando que sobreviva a la batalla.
Las Fieras defensoras, dos Centauros en este caso, no pueden atacar (ni disparar flechas) al Bárbaro; en su lugar, se lanzan con gran rapidez hacia los primeros enemigos en adelantarse.
En el centro de la arena se produce el encontronazo entre ejércitos. Diomedes, glorioso por su lanza, acude en auxilio de su Centauro, que está siendo pisoteado por la Cría de Elefante, y obtiene una desastrosa tirada de tres Pifias en su ataque, desencadenando un aluvión de carcajadas en ambos bandos. Aquiles, huye con pies ligeros de Heracles, después de tratar en vano de matar a un derribado Aníbal.
Los soldados van cayendo, pero el muro se mantiene. En un momento de euforia de Heracles, que está machacando con su clava el tobillo de Aquiles, éste da un gran salto por encima de sus cabezas y hunde la lanza de Peleo en sus ijares. ¡Segundo Premio para mis Héroes Griegos! En los últimos turnos, Diomedes acaba con la Cría de Elefante y, enfebrecido, también con Aníbal...
Al ocaso, se despoja a los vencidos y se entregan los premios (Luis y yo nos repartimos también el Primer Premio), en un reparto equitativo al gusto de Aquiles. Hay una pequeña disputa por la armadura y armas de Heracles (forjadas por Hefesto, valen todo un reino) pero, sin Áyax ni Odiseo presentes, no llega la sangre al mar...

Pronto estará lista la versión de juego de "Héroes Griegos", con decenas de objetos divinos; Aquiles podrá entonces equiparse, pagando 1.300 ss, con la lanza de su padre Peleo: 
"LANZA PESADA DE AQUILES: Grande, formidable y pesada lanza de fresno que sólo el Pélida podía manejar, cortada del mejor fresno de la cumbre del Pelión, y entregada por Quirón a Peleo como regalo de boda con Tetis. Con ella Peleo había matado al centauro Demoleonte. Aquiles hirió con ella a Télefo en un muslo durante su viaje hacia Troya, en Misia. La herida no sanó, y ocho años después Ulises aclaró a Télefo el oráculo según el cual “lo que lo había herido lo curaría”, que no se refería a Aquiles sino a la lanza. Con un poco de herrumbre de la misma, el médico Macaón sanó su herida. Con esta lanza desarmará Aquiles a Eneas y matará a Héctor, siendo la única de sus armas que no prestará a Patroclo. La misma Atenea se la traerá de nuevo a las manos tras fallar el primer golpe contra el hijo de Príamo, y con ella atravesará su cuello."

Iugula!

No hay comentarios: