Esta semana conocimos a Antonio Fernández, el compañero de diseño de Guillermo Benito en 3D Breed y, responsable de nuestra primera miniatura original (el Murmillo, en proceso). Como es obligado, le pusimos delante de la arena de Gladiatoris.
COMBATE DE ESCLAVOS (C)
Jugamos, por tercera vez, esta partida de unos 45 minutos de duración, con las recientes modificaciones sugeridas en la 5ª jornada por Dani y José Daniel. Antonio, después de varias horas hablando sobre las futuras miniaturas, escoge los Escudos Grandes, y Luis y yo nos repartimos los Sin Escudo y los Escudos Pequeños, respectivamente.
Salen a la arena 4 Esclavos y un Gladiador de cada equipo, y vemos las distintas estrategias seguidas:
- Escudos Grandes: Secutor III y Esclavos II (todo al máximo gracias a la bonificación de su equipo).
- Sin Escudo: Laquearius I (tras fallar dos tiradas de sortitio) y Esclavos III.
- Escudos Pequeños: Thraex III y Esclavos I.
Los Esclavos azules empiezan arrasando, y pronto Luis ha cosechado todos los Esclavos rivales (lo que le asegura una Palma). Su débil Gladiador, sin embargo, no tiene donde esconderse y, aunque parece que va a librarse cuando el Secutor se lanza contra mi Thraex, la segunda trampa sorpresa de Aceite Ardiendo acaba con su vida.
El Secutor golpea una y otra vez, y se juegan en pocos turnos multitud de cartas (parece que tenemos todos los ases en la mano). El Thraex intenta poner distancia de por medio, y es alcanzado por tres veces, mientras el último Esclavo azul guarda prudente las distancias.
Tras tumbar al rojo con un Ataque de Oportunidad y ser golpeado después el verde por un Rayo de Júpiter, los dos gladiadores empiezan el último turno derribados: el Esclavo azul debe escoger entre no atacar (su única opción de repartir el premio es que se agote el tiempo y los tres sobrevivan), o rematar a uno de los caídos: escoge, naturalmente (son muchos años de rivalidad), la segunda opción, y ataca a mi gladiador. El Thraex sobrevive por los pelos y, con la carta de munera de Júpiter en la mano, sólo tiene que aguantar el último ataque del Secutor para vencerlo y ganar la partida. Se lanzan los dados y, para evitar el daño, juega una carta de defensa... ¡pero Antonio desvela la última carta de su mano, un Fatum! El Thraex es vencido, y Antonio recibe las dos Palmas de la victoria: entra directamente en el puesto XII de la clasificación general. ¡Enhorabuena!
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