La primera partida de nuestro asesor histórico, Alfonso Mañas (recientemente incorporado al proyecto), transcurre en la pequeña arena: tras un contacto inicial con el juego (y las primeras correcciones terminológicas) jugaremos la clásica partida de iniciación "Escarmiento Público".
Alfonso juega con Escudos Grandes (rojos), Luis escoge a los recientemente mejorados Sin Escudos (azules), y yo a mis habituales Escudos Pequeños (verdes). En la primera prueba, Esclavos a los lobos, participa un Esclavo y una Fiera Pequeña de cada jugador. Tras un breve combate (y un montón de resultados de Huida en el Dado de Fieras), los azules de Luis abaten a su segundo Esclavo, con lo que se aseguran la victoria (reciben 1 Palma, que equivale a 5.000 sestercios al final de la partida). Aún así, el combate continúa entre el Esclavo azul, la Hiena roja y el Lobo verde, hasta que acaba el tiempo.
En la segunda prueba, Gladiadores a los leones, salen los tres gladiadores de Nivel III a la arena. Con rapidez, el Samnita y el Tracio abaten al Leopardo azul.
La Pantera verde cae a continuación, y los rojos, en superioridad numérica, se ensañan con sus enemigos. El Retiario no puede soportar la lluvia de golpes, y es el primer gladiador en ser vencido: e Emperador está de su parte, y le concede el indulto (missio).
Con una resistencia numantina (obteniendo más paradas que dados lanzados en la mayoría de las tiradas), el Tracio resiste a sus dos enemigos. Empleando su quebrada sica, traspasa el escudo del Samnita y consigue (de nuevo tras una sucesión de tiradas perfectas), acabar con él. ¡Y se confirma el Tracio como el mejor de los Gladiadores! El Emperador, en este caso, obedece a las vestales y ordena degollar al vencido (iugula)... Sólo queda el duro León, que, huyendo de una trampa de aceite ardiendo, se abalanza sobre el gladiador y lo devora mientras el público ruge.
¡Victoria de los Escudos Grandes! Alfonso recibe 2 Palmas (10.000 sestercios) y suma un total de 13.500 ss. Luis recauda 6.100 ss, y sólo 2.300 mis verdes (pero el Tracio, en el estómago del León, obtiene la victoria moral). Celebramos la partida (y la victoria del novato frente a los dos veteranos) con una pizza gigante Coloseum en la taberna más cercana, y nos despedimos hasta la jornada siguiente: mañana estudiaremos, uno por uno, todos los tipos de gladiador del juego (nuestro querido Contrarretiario está en grave peligro, pero parece que salvaremos al Taurocentauro).
No hay comentarios:
Publicar un comentario